martes, 18 de marzo de 2014

Sensaciones que me dan cuando leo a Alice Munro

Alice Munro es premio nobel de literatura de 2013.
No hace falta decir más, de hecho no puedo decir nada más de esta mujer sin echar mano de la wikipedia así que, pasando tres villages del tema.

Alice está de moda, porque escribe cojonudamente y porque es premio nobel. Si mi querido lector desea una opinión de su obra, llena de cultura,  hecha con criterio literario y de fiar...váyase a otro blog. Aquí se lee y se opina muy subjetivamente, sin atender a tendencias y sin formación literaria sólida, aquí no se citan trozos o frases de la obra por poseer memoria de pez y se tiene la manía de caer en generalidades y comentarios carentes de objetividad.

Acabo de terminar "Demasiada felicidad". Solo me he leído ese libro de esta autora y puedo afirmar que "una más Alice, te doy una oportunidad más y si no puede ser, no puede ser".
En este libro no es una escritora de alegrías, así que si algún canelo como yo se pilla el libro pensando que hace honor a su titulo  y que va a leer uno tras otro relatos de gente contenta y feliz, con vidas chulis, que lo deje estar, please.
Tampoco es trágica, es como si escribiese cuentos de personas mediocres a las que les pasa algo que se sale de lo normal, para terminar el relato en una especie de coitus interruptus literario.
La sensación que me da es que no terminas de despegar con sus personajes, porque son personas normales y tirando a aburridas.
Por otra parte, la lees y te maravilla la forma que tiene de explicar lo cotidiano. Las manías de sus protagonistas, sus pareceres, sus malentendidos...

Esta noche comenzaré "Amor, Etcétera" de Barnes (lo comentare en otro post) pero el siguiente, Alice, lo reservo para ti.


miércoles, 12 de marzo de 2014

El idioma universal

Tarde maravillosa en una plaza abarrotada de niños, bancos y madres.
En uno de esos bancos, dos madres y una abuela.
Algo trapichean, una de ellas le dice a otra, que no habla bien el castellano, que tiene ropa de bebé para dar.
El diálogo transcurre tal que así:
-Tengo ropa de bebé de 0 a 12 meses, de chico, si tuvieras alguna amiga que le interesa me lo dices y se la doy.
-Ah Gracias! yo preguntaré- dice con sonrisa de "de lo que has dicho, he entendido la mitad".
En este punto, la abuela considera que es su deber natural hacer de intérprete:
-Calla, calla, chiqueta, que no entiende muy bien el castellano, déjame a mi- y remangándose la chaqueta coge carrerilla y suelta:
-¡SEÑORA DECIR QUE SI QUERER ROPA, DECIR SI Y SI NO, NO!

La otra sigue sonriendo a lo "me cosco cero de lo que decís" y a la madre que da ropa de bebé le empieza a subir la risa floja, así que se despide con la excusa de que sus hijos se están tirando de punta cabeza por el tobogán.

Damas y caballeros, el idioma universal no es ni el esperanto, ni el inglés, ni el amor. El idioma universal es el infinitivo gritón.

martes, 11 de marzo de 2014

Porque es un muchacho excelente

Hoy cumples 36 años.
No te gusta nada este día. Te pasas 24 horas gruñendo, amenazando con devolver los regalos que te hago "porque están defectuosos" y suplicando al tiempo para que el reloj vaya más rápido.
Durante todo este día te sientes incómodo, te escabulles del teléfono y tuerces la boca en amagos de sonrisa cada vez que alguien que te conoce, te felicita.

Eres un troll.

Por suerte, a tus hijos y a mi, tu opinión sobre esto nos importa cero.
Te hemos preparado una tarta especial, llena de azúcar y galletas, y te cantaremos el cumpleaños feliz, tendrás que soplar dos velas con los números tres y seis, aguantar nuestros aplausos y nuestros ¡bieeeeeeeennn!, seguramente tendremos que encender y apagar las velas varias veces para que los chicos las soplen tambien y al final, parecerá que celebramos algo realmente suyo. Y, en realidad, eso celebramos: algo nuestro, porque no puedes evitar la ilusión que nos hace que nacieras tal día como hoy, hace 36 años. Que estés aquí, en este mismo instante, leyendo una entrada que fijo te emocionará y avergonzará a partes iguales, en el blog que pensaste que nunca leerías.
Seguramente me pedirás que la borre. Lo llevas claro.

Hoy cumples 36 años...¡¡Felicidades!!

domingo, 9 de marzo de 2014

Soy negActivista

Te levantas la mañana del día de tu boda, miras por la ventana y compruebas que ha llegado el Apocalipsis, que caen chuzos de punta, rayos y truenos y el mundo se ha convertido en un lodazal infecto.

Estás comiendo tan a gusto y se te cae el tenedor al suelo, compruebas distancia, llegas a la conclusión de que no puedes alcanzarlo con la mano, lo intentas con el pie y al final te tienes que levantar y agachar a recogerlo.

Te despiertas reventado de sueño y descubres que quedaban 10 minutos para que sonara la alarma.

Pierdes un autobús.

Te chocan por detrás.

Te sale un hijo furo.

Te aburres.

Te jode.

Te cabreas.

Te jode.

Si ahora mismo sientes ese joder en tu cuerpo es que eres negactivista. Bienvenido al club. Somos unos cuantos.

Si tu cerebro ha hecho un esfuerzo por ver el lado positivo de cada una de las situaciones arriba mencionadas, siento decir que quizás eres un postizo de tomo y lomo, de la tribu de los "iluminati" (si no has necesitado hacer esfuerzo alguno por ver lo guay de la vida, me quito el sombrero).

No busquéis negactivista en la RAE, no está. Esta absurdez de palabra me la inventé para este post y significa que a mi, lo que me jode, me jode. Sin filtros, sin rodeos.
No me gustan las expresiones "me molesta, me parece mal, I am disappointed " noooooo, asin no!!
No hay nada más bello, honesto y saludable para con uno mismo que permitirse ser un negactivista. Serlo no significa que la vida a través de nuestros ojos sea gris (eso sería ser negativo), significa que cada cosa, situación, conversación, observación que nos genera un sentimiento de los considerados negativos (cabreo, decepción, mala leche, pena, aburrimiento supremo) es bien recibida y aceptada tal cual.

Los negactivistas no disfrazamos el odio de "ligera molestia", no podemos, nuestras facciones no están diseñadas para ello, así como tampoco nuestras neuronas resistirían el esfuerzo de ver lo positivo de una situación sumamente mierdera.

Para un negactivista las cosas pasan porque pasan y punto, y si te pasa algo bueno hay que disfrutarlo a tope y si te pasa algo malo hay que protestar y desahogarse, se puede llorar y pensar "¡más me valdría haberme reventao!"

Conversación típica entre un negactivista y un "iluminati"
-Brrrrrr!! que frío hace
-¡Si, que bien!
-¿Bien? estamos a cero grados.
-Bueno, pero así sabremos apreciar mejor el verano.
-Yo ya aprecio el verano sin necesidad de pelarme de frío. 
-Yo es que he decidido disfrutar tanto del frío como del calor.
- ¡Ah ya! (y yo he decido que a partir de este momento mis conversaciones contigo serán banales y superfluas).

Otro ejemplo:
-¡Tenía una entrada para el concierto de los Rolling y no la encuentro!
-¡Qué mierda! ¡revuélvelo todo!, ¡mira en la basura!, ¡prende fuego a la casa!...¡saca la escopeta!
-No pasa nada, será que no tenía que ir. Hay que tomarse las cosas como vienen.

Y otro para finalizar:
-¡Mi hijo no ha obtenido la plaza en el fantástico colegio que deseábamos con todas nuestras fuerzas!
-¡Joder! estaréis enfadados ¿no?
-Un poco, pero bueno, será que debemos compartir a nuestro maravilloso niño con el resto del mundo.

Pero, pero, pero...¡¡Pero que me estas contandoooo!! lo más acojonante de esto es que las dos ultimas conversaciones están basadas en hechos reales.

En resumen, si un día aparezco con cara de "no es país para viejos" es que ese día toca eso. Por favor, no me obligues a ver el lado positivo de nada, ni me digas frases de calendario de autoayuda de los de "un día, una frase", ni me cites las bondades de una sonrisa sincera.

Déjame ser tan simple como una palanca.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Miedo a la oscuridad

Tener miedo sirve para seguir vivo. Si tienes miedo, te vuelves cauto, te "alertificas" para asegurarte de que ningún tigre dientes-de-sable te devora. El miedo te hace moverte hacia un sitio más seguro o te hace permanecer quieto para pasar desapercibido.

En esta explicación que me acabo de currar, a medio camino entre el sesudo análisis antropológico y el "lleva las bragas limpias por si acaso" de mi abuela, el miedo a la oscuridad es el que más me desconcierta.

Lo confieso, tengo miedo a la oscuridad, y no me refiero a "¡ugh!, enciende la luz que tengo miedo de darme un hostión con la puerta"; no, me refiero al miedo cerval de que en la oscuridad habitan seres monstruosos que se esconden bajo la cama o dentro del armario (o, lo que es peor, ¡en los dos sitios a la vez!) y fantasmas que están esperándome, agazapados en el hueco de la escalera, a que vaya al baño de madrugada.

Este miedo siempre está ahí, solo que algunas temporadas se aletarga. Reconozco que desde que soy madre se ha mitigado bastante, por eso de que vives las noches de otra manera, te despiertas más y aprendes a caminar en penumbras para no desvelar a nadie.

No obstante, por si algún miedoso como yo, cae por este sitio, aquí van las pequeñas reglas que me hacen más llevadero este miedo irracional:

- Nunca, y digo, NUNCA, apagues una luz sin haber encendido antes la siguiente.

- Antes de meterte en la cama asegúrate de que las puertas de los armarios están correctamente cerradas.

- Asegúrate también de que no hay ropas tiradas de cualquier manera sobre mesas o sillas. Una inocente montañita de ropa a la luz del día, puede convertirse en un hombre de cuencas vacías que te observa a los pies de la cama en cuanto se paga la luz y estás a punto de dormirte.

- No veas pelis de miedo antes de ir a dormir. Tu cerebro te recordará las imágenes más acojonantes cuando todo esté a oscuras y en silencio.

- En épocas de brote miedil, vete al chino, pilla una bombillita de enchufe para niños y repítete como un mantra que eso es algo temporal. Nadie tiene por qué saberlo.

-Tápate hasta el cuello. Por todos es sabido que a los monstruos les gusta cogerte de los brazos si los sacas por encima de la colcha.

-Si tienes niños que ya se pasan a tu habitación y hablan, pídeles que para despertarte te agiten un poco del hombro. No hay nada más espeluznante para los miedosos a la oscuridad que el susurro de un niño en mitad de la noche en plan "en ocasiones veo muertos".

Si eres miedoso de la oscuridad y has aterrizado aquí, por casualidad o no, alégrate. Ya no estás solo.

martes, 4 de marzo de 2014

El pequeño huno

Atila, rey de los hunos.
El azote de Dios.
Por donde pasaba Atila con su caballo, ya no crecía la hierba, pues dejaba tras de si un reguero de pánico y destrucción.

Atila murió hace cientos de años...pero volvió a reencarnarse.

Ahora vive en mi casa y pronto cumplirá dos años.

No hay nada los suficientemente inexpugnable para él, todo puede ser derruido, escalado, destrozado y saltado...a su debido tiempo. Solo tiene que esperar, paciente e inexorable, como la gota malaya.

domingo, 2 de marzo de 2014

Hay días para volar

Me levantaba sobre las 08:00, desayunaba un café con leche, me vestía y pitando, me iba al curro.

Fue hace una eternidad. Tenia otro curro, vivía en otra cuidad, iba a los sitios en bici, no me sobraban kilos y dormía las noches del tirón.

Aún con todo, no estaba muy contenta. Creo que el trabajo que tenía no me gustaba. Bueno...en realidad, lo odiaba.

Lo odiaba tanto que me daban nauseas. Una mañana de pedaleo al infierno, vi un pajarillo que saltaba en la calzada, rescatando con su pico migajas del suelo. Era un gorrión.
Me pareció un ser feliz, a gusto con su vida, trabajando desde hacía un par de horas, seguramente.
En esos momentos quise ser un gorrión. Quise ser ese gorrión.

Ese pensamiento lo tuve por primera vez hace ocho años y desde entonces, cada día que tengo que me resulta duro, o en temporadas en las que me cuesta sentirme contenta me imagino que soy un pajarillo que vuela.

A veces vuelo tanto que temo no regresar nunca a tierra.

sábado, 1 de marzo de 2014

El cliente insatisfecho

El estado mental "cliente insatisfecho" existe. Se trata de personas que consideran que siempre tienen la razón, que los demás están para satisfacer sus necesidades y si estas no se ven satisfechas como a ellos les gusta se quejan, reclaman y dan por saco todo lo que pueden y más.
Son personas generalmente críticas con todo lo que se refiera al comportamiento de los demás, se creen que, en tu misma situación, habrían actuado mil veces mejor y así lo cacarean a los cuatro vientos a cualquiera que se preste a escucharlos.

Nunca se sabe a ciencia cierta que es lo que necesitan, no están contentos con casi nada y demandan barbaridad de atención. No importa los esfuerzos que hagas para intentar hacerlos felices, seguramente para ellos, lo que haces es mierda pura.

Cambian de amigos con frecuencia, pues es harto difícil aguantarlos por mucho tiempo. Esto, en el caso de que tengan amigos, ya que lo habitual es que no tengan una vida social muy auténtica, llegándose incluso a dar casos en los que el grupo de amigos realiza quedadas paralelas al "cliente insatisfecho".

Hacerle ver que su actitud no es muy amigable, que digamos, significa discutir. Si le haces ver que es un petardo de forma más brusca, directamente olvídate de la relación, ya que "el cliente insatisfecho" no tolera bajo ningún concepto no tener la razón o que se le paren los pies.

Son fáciles de detectar con la mirada; cuando mantienes una conversación con ellos, se suele tener la desagradable sensación de que están pensando en algo mas retorcido y oscuro sobre tu persona. Te pueden estar sonriendo mientras hablas de tus planes de futuro y por dentro pensar "pedazo de gilipollas que eres si te crees que te va a ir bien en el curro con esas estúpidas ideas".

Pese a lo crudo que lo he pintado (ya se sabe, de todas formas, que mi opinión cuenta poco porque es totalmente sesgada y parcial) los "clientes insatisfechos" dan un poco de pena una vez que te los sacudes de encima, porque descubres que, en el fondo, son conscientes de que no son aceptados, o peor aún, no tienen ni pajolera idea de que se están quedando solos y se siguen pensando que son los demás los que están equivocados.

Si leyendo esto, la imagen de una persona en concreto te ha venido a la mente, solo puedo darte un consejo: ¡¡Corre hacia la luz!!

Si leyendo esto te percatas de que tu eres "one of them" vete a dar un paseo, pon la mente en blanco...y piérdete un rato. 

miércoles, 26 de febrero de 2014

Se me quedó cara de Gollum

Ellas, dos treintañeras normales, vestidas de vaqueros normales, con pelos normales y caras normales.
Yo, también treintañera, debatiéndome internamente entre comprar una lejía normal o comprarla perfumada.

Nada hace presagiar lo que estoy a punto de escuchar en el pasillo de detergentes varios y desatascadores de Mercadona.

Treintañera normal 1: "Es que, ¿sabes? al pervertido de mi ex le molaba darse por el culo a si mismo...
Treintañera normal 2: "¡Que fuerrrrrrte!, ¿y se retorcía la polla y se la metía, o que?
Treintañera normal 1: "¡Halaaaa burra!, ¡con un consolador!
Treintañera normal 2:"Ah! ya decía yo, JAJAJAJA!!"
Treintañera normal 1: "JAJAJAJAJA!!!!"

Se van del pasillo sin mirar atrás, carcajeándose, dejándome petrificada con una garrafa de lejía en la mano que me apresuro a devolver al estante.
Cojo varias cosas más, paso por caja, guardo compra en maletero, abro puerta piloto, me siento, meto llave.
Arranco.

Que levante la mano quien haya pensado como primera opción que el ex la tenía de metro y medio y le llegaba.

Yo también lo pensé.

martes, 25 de febrero de 2014

El pueblo de los escribas

María Luisa amaba la lectura. Para ella, los libros (pliegos, la mayoría de las veces) eran documentos  de gran valor que transmitían historias maravillosas, algunas veces sobre las obras de santos y apóstoles, otras veces sobre lo mundano de la vida en el campo, las siembras, los amores, la alegría de vivir o la muerte.

Con un libro que desprendía un tenue olor a cuero y completamente ensimismada junto a la ventana la encontró su doncella de cámara.

-Tenemos que partir, señora, el carro la espera abajo.

Tras el último aborto María Luisa aún estaba delicada y el traqueteo del carruaje no la ayudó en absoluto a sentirse mejor, llegó al pueblo semi inconsciente y febril, por lo que no pudo notar ni la expectación que causó su llegada, ni el recibimiento que quisieron darle los chiquillos, las mujeres y decorosamente más apartados, los hombres.

Estuvo enferma muchos días, guardando cama y sin recibir más visitas que las del médico, las de su doncella y, por supuesto, las de su esposo: Don Artal de Aragón.

Un alegre día de primavera se sintió con fuerzas suficientes para dar un paseo hasta el convento, aunque el médico desaprobó tal idea no pudo hacer nada para disuadirla, puesto que María Luisa Fernández de Heredia era de físico frágil y menudo pero de temperamento obstinado, noble y tenaz.

Cogida del brazo de su doncella y apoyada en un bastón salió a la fresca mañana de mayo, sus embotados sentidos no estaban preparados para la explosión de olores, colores y sonidos que la embargaron.

Pina era una villa muy hermosa y próspera, muchas de sus casas lucían intrincados artesonados de madera en sus aleros y saledizos, las puertas abiertas permitían ver patios frescos y llenos de flores y plantas y la mayoría de las calles eran de tierra pero otras, más afortunadas sin duda, estaban empedradas con guijarros del cercano río.

La mayoría de la gente se encontraba laboreando en los campos así que, hasta la iglesia, sólo tuvieron de acompañante el muro semi derruido que separó la parte cristiana y la árabe del pueblo hacía ya un tiempo.

La recibió su marido en la puerta del convento, consternado por la palidez de su rostro, junto a él un hombre enjuto, completamente calvo y con ojos afables inclinaba la cabeza.

-Pasad esposa, cogeos de mi brazo, el prior nos enseñará cómo está quedando todo.

La voz del prior era grave y bien modulada; un auténtico narrador que fue desgranando la historia de la construcción. Contó anécdotas que hicieron reír a María Luisa, tragedias que también habían acontecido, como el derrumbamiento de parte del claustro sobre varios constructores “lo que nos hizo ver la necesidad de construir los arcos pareados, ya que los que se habían hecho antes no soportaban el peso de la techumbre”, agradeció infinidad de veces la ayuda que el mecenazgo de los Condes había supuesto para poder finalizar la iglesia y el convento y, finalmente, parándose ante una austera doble puerta de madera pidió que la señora hiciese una selección de libros que creyese que debían incluirse en la biblioteca.

-¿Biblioteca?- preguntó sorprendida.

El mismo Artal abrió las puertas, María Luisa ahogó un grito; ante ella se abría, alta y luminosa, una espléndida biblioteca, una sala rectangular no muy grande, con estanterías de madera hasta arriba, algunas de ellas repletas de libros, otras vacías, en medio de la sala cuatro monjes inclinados sobre sus pliegos leían o transcribían de un libro a otro.

-Escribanos, su ilustrísima-dijo el prior respondiendo a una pregunta no formulada- se encargan de copiar códices, de traducir del latín, de coser encuadernaciones...

Pero María Luisa no escuchaba y ajena a lo poco habitual que era que una mujer se pasease por allí se acercó a las estanterías. Había biblias de todos los tamaños y medidas, en latín, en castellano, en italiano, en francés y en varios idiomas más. Había libros de cantigas, canto gregoriano, poemas de apóstoles, glosarios, también encontró varios tomos sobre usos de plantas medicinales, arquitectura, matemáticas e incluso un libro sumamente atrevido sobre anatomía humana.

Paseó con sus dedos por los lomos; texturas suaves de cuero viejo, pergaminos antiquísimos, pliegos de papel rugoso y apenas tratado, inspiró profundamente el perfume de esa sala, a los olores propios de los libros se sumaba el olor de algunos cirios que iluminaban los rincones más oscuros, el olor penetrante de la tinta y el perfume ácido del ungüento con el que se pegaba el pan de oro.

Después los Condes entraron en la iglesia anexa y rezaron.

Todo aquello le pareció a la condesa una maravilla, un pequeño tesoro que había que preservar y con la obstinación que la caracterizaba y sintiéndose fuerte comenzó a recopilar libros y enviarlos a San Salvador, mandó a buscar ediciones especiales a Londres, Roma, Nápoles, consiguió réplicas y originales preciosos de los afamados monjes del Císter en Francia (auténticas antigüedades) y nuevos frailes acudieron a aprender y a establecer una pequeña imprenta, de esta forma la biblioteca del convento de San Salvador se convirtió en una de las más completas y bellas de la región.

El devenir del tiempo y los acontecimientos de décadas y siglos posteriores no fueron excesivamente benevolentes ni con la biblioteca ni con el convento; un incendio devastador se llevó consigo la sala de los escribanos y todo lo que en ella había, incluidos dos monjes.

La desamortización de Mendizábal desalojó a los frailes que quedaban dos siglos después y la guerra terminó de destruir lo que quedaba en pie del convento.

Los habitantes de Pina no saben que hace tantas centurias su pueblo fue considerado “de escribas”, es un hecho que no ha tenido eco histórico, ni documental. Sin embargo, si María Luisa mirase atentamente a la Pina actual comprobaría complacida que en la villa sigue habiendo escribanos o escritores, tampoco le sorprendería ver donde se situará la futura biblioteca ya que ésta se levanta exactamente en el mismo lugar donde existió la de los monjes.

Todo esto le haría pensar que, de una manera casi sobrenatural, Pina sigue siendo el pueblo de los escribas.


(Relato ganador presentado al XVIII concurso de relatos de la Villa de Pina de Ebro)

sábado, 22 de febrero de 2014

Gritómetro


 El gritómetro es un artilugio que no existe más que en mi mente. No es un medidor de decibelios. El gritómetro sirve más bien para medir la intensidad de furia y necesidad de desahogo del que grita.
Igual que los sismólogos manejan la escala Richter para saber cuán catastrófico ha sido un terremoto, los expertos gritólogos (es decir, yo misma) tienen otra escala medidora que llamaremos Escala Critter.
Al lío:


1 en escala Critter. Es el también conocido "grito hacia adentro". Es más un grito mental que otra cosa. Este grito es de angustia más que ira, es el grito que tienes cuando estás cansado o triste o deprimido. Es difícil de oír, hay que ser sensible para ver a una persona aparentemente tranquila y percibir que está gritando por dentro, en realidad.

                                                     

 2 en escala Critter.  Audible, chillón, histérico. Desquiciante para quien lo emite y para el que lo escucha. Está causado por el desbordamiento de tareas y preocupaciones, por lo general. Es el "estoy hasta los huevos", el "mi paciencia tiene un limite y lo acabamos de traspasar". Los gritos en esta escala son fulgurantes, rápidos como el rayo y por lo general, efectivos.
"¡YA VALE!" sería su expresión por antonomasia.
Cualquier madre que se precie sabrá a qué grito me refiero.

3 en escala Critter. Muy parecido al anterior en forma pero diferente en cuanto a duración. El nivel 3 requiere un saturamiento sostenido en el tiempo. Se puede oscilar entre niveles 2 y 3 en temporadas en las que te das asco a ti mismo. La imagen lo dice todo, el nivel 3 comienza a animalizarte. Es el "estás a la que salta", el "llevas una temporada insoportable", el "vete a tomar pol culo tanto gritar". En este nivel de la escala necesitas soltar tacos cuando gritas y también, descalificar a veces.




 4 en escala Critter. Es el grito o gritos revienta fiestas, destroza amistades, rompe lazos familiares. Es el apoderamiento supremo de la amígdala de tu cerebro. No eres tú el que grita, es un ser mitológico que habita dentro de ti y que ha emergido cuando la temperatura de tu sangre ha alcanzado niveles de furia extrema. En este nivel se dicen las grandes burradas por las que serás recordado y las grandes verdades por las que también serás recordado.
Igual que un terremoto de escala 10 modifica el paisaje, el grito escala 4 te cambia de alguna manera. Muchas discusiones conyugales parecen llegar a este nivel pero no es así, la mayoría de las veces la gente se queda en el 3, como mucho.

Solo queda añadir que la permanencia en cualquiera de los estados Critter por mucho tiempo es nociva para la salud y merma las relaciones sociales.

Y por último, hay que decir que tampoco hay que creerse todo lo que yo diga. Al fin y al cabo, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

jueves, 20 de febrero de 2014

La historia de un silbido

Se hace un círculo juntando el pulgar y el dedo corazón. Los demás dedos no interfieren así que deben alejarse del perímetro formado por esos dos otros dedos.
Metes la punta de ese círculo en tu boca, levantando la lengua hacia el paladar, y silbas.
Si eres un as te sale a la primera.
Si eres algo zoquete, primero escupes babas, suenas a balón pinchado y si te sale sonido es más parecido a un globo desinflándose que a un silbido propiamente dicho.



Hace un año yo era del segundo grupo.
Comencé a silbar cuando mis críos se alejaban largaban, pasaba de gritar cual presidenta de la liga marujil del pueblo, así que pensé que un silbido quedaba más cool.

Como mis críos son, además de requeteguapos, sordos selectivos, el silbidito no funcionaba, y desarrollé la técnica arriba explicada.

¡Oh, milagroso sonido! de pronto vi que reconocían mi "voz" de entre todas las voces y siempre se giraban a mirarme. A veces me saludaban con la mano y en raras ocasiones acudían.
Cada vez que silbo para que uno de mis retoños (suele ser el mayor) vuelva a mi, pueden pasar tres cosas:
1- que me salga la explosión de babas, en este caso, aunque no haya nadie observándome, siempre (y repito; siempre) hago un comentario en voz alta, del tipo "vaya mierda" o "cagüenlamar" como si me quisiese excusar ante algún ser invisible que no tuviese nada mejor que hacer que ver como una tipa que se cree competente la pifia silbando.

2- que me salga un silbido tan agudo, tan largo y tan perfecto que varias personas de los alrededores se giren para ver de donde procede tan fantástico sonido. En este caso también suelo sonrojarme y no tengo huevos a repetirlo, así que al final opto por el tercer punto...

3- grito a pulmón libre
¡y que viva la presidenta de la liga marujil!

martes, 18 de febrero de 2014

El sexo de las grasas

Clienta: "¿Qué diferencia hay entre la crema reductora intensiva para mujer y la crema reductora intensiva para hombre?"

(breve pausa para seleccionar la respuesta idónea...)

Farmacéutica: "En que una es para hombre y la otra es para mujer"

Excuse me?

sábado, 15 de febrero de 2014

Cucaracha en la cocina


Estás insomne por segunda noche consecutiva, llevas sin dormir desde las 03:00 de la "madrugá".
Tienes fiebre, mocos y tos destrozapulmones, y encima cuando has bajado a la cocina a chutarte un ibuprofeno, una cucaracha ha correteado entre tus pies.
Eso te ha hecho pensar en Kafka y su Metamorfosis.
Entre moco y tos te sientas en el ordenador y te dices: "¿Ahora que hago?"

Decidido: te abres un blog y te pones a escribir ipso facto esta mierda de entrada.

Te crees blogger